Becarios de la Fundación Chamangá junto a uno de los tutores y autoridades nacionales y departamentales, realizaron ayer en Manzana 19 una ceremonia para celebrar los 20 años de la institución que ha becado a 22 sorianenses a lo largo de todo este tiempo.
En la oportunidad estuvieron presentes las ex becarias Micaela Meléndrez y Dahiana Silva, Sebastián Saya que en el presente año está recibiendo la beca y uno de los tutores maestro Oscar Gilardoni.
En la breve oratoria Micaela habló sobre la importancia que tiene la beca de Chamangá, no sólo por el apoyo económico, sino por la asistencia tanto a nivel social como psicológico que se les ofrece a los becarios, realizándose un seguimiento de sus estudios. Señaló que “para celebrar los 20 años Chamangá se propuso plantar 20 palmeras butiá en diferentes puntos del país, la de Mercedes es la tercera y se eligió esta especie porque existe un paralelismo entre el crecimiento de las mismas y los valores que impulsa Chamangá. La palmera butiá es una planta que sobrevive a pesar de las dificultades en condiciones muy diferentes y adversas, que al inicio en su hábitat natural es de lento crecimiento, pero después con el paso del tiempo, sus hojas sobresalen del monte y muestran su potencial. Su follaje grisáceo las hace distinguir casi siempre de su entorno, lo que la convierte en una referencia clara. Sus frutos además de ser vistosos, son comestibles o se pueden utilizar de diferente forma y son capaces de atraer diversos pájaros. Su tronco puede dar cobijo a orquídeas, helechos e higuerones. Así como la palmera… son los becarios de Chamangá”.
Hubo palabras también del becario Sebastián Saya que ingresa este año para seguir cursando su carrera de Psicología, quien destacó “la beca me ha dado la posibilidad de continuar mis estudios, ya que el pasado año debido a la pandemia tuve que volver a Mercedes y ahora podré cumplir mi anhelo de lograr este título”.
El maestro Oscar Gilardoni es tutor desde hace 20 años en Soriano, ha acompañado a varios estudiantes en sus carreras y valoró que más allá del apoyo económico está el acompañamiento que se le brinda a cada generación. “La beca está pautada para jóvenes vocacionales sin importar a qué área se destinarán y los postulantes elevan una carta manuscrita a la fundación, una comisión especial la analiza, se realiza una preselección, luego una entrevista personal y posteriormente se oficializa el nombre de los becarios. Cada estudiante tiene un tutor que los acompaña durante todo el proceso y debemos estar pendientes de cómo van con los estudios, ayudarlos dentro de nuestras posibilidades, saber si existen dificultades o tienen algún otro problema. El acompañamiento de Chamangá es continuo, es la integración de personas diferentes que han optado por carreras distintas y forman parte de una misma identidad que es la de Chamangá. Para mí formar parte de esta institución desde hace varios años es un orgullo, porque muchos jóvenes vocacionales que por motivos económicos no hubiesen podido llevar adelante sus carreras, con el apoyo de Chamangá lo han logrado iniciando el camino, como esa palmera y después solos, van dejando la huella que contribuye a la causa nacional”.
Finalmente, la señora Beatriz Castro llegó en representación de su hija Raquel Schettini Castro, quien ya culminó sus estudios de Educadora Social, fue becaria de la fundación y tanto ella como la familia, se sienten agradecidos por lo que le brindaron en épocas de clases.